Asunción de la Virgen María

22 junio 2008

La Hermana Glenda denuncia irregularidades en Producciones La Raiz



Publicado por Daniel Pajuelo Vázquez el 30 de Marzo de 2006


Nova Bella, agua que calma la sed

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Seguramente a muchos os ha llegado reenviada la carta de la Hermana Glenda denunciando las irregularidades y el maltrato de Producciones La Raiz. Cuando la leí no daba crédito y hasta no comprobar que la carta era original de la Hna Glenda no quería hacerle eco en el Blog.
Lamentablemente el asunto es cierto.

Si queréis solidarizaros con la Hermana Glenda podéis hacerlo a través de su nueva página web.

Reproduzco aquí la carta:

“Queridos hermanos y hermanas:

Soy la Hna Glenda y quisiera compartir con ustedes la experiencia de dolor y cruz que desde hace tiempo estamos teniendo, con la Productora de la Raíz. Sería demasiado largo explicar una a una todas las irregularidades que hemos descubierto de esta Productora. Además se está llevando a cabo un proceso legal que debe seguir su propio curso. No obstante, dadas las circunstancias, deseo compartir con ustedes mi testimonio, apoyando el de Don José, sacerdote, párroco y cantautor, también dañado en su ministerio y en su reputación cuando, él valientemente y el primero, comenzó a denunciar estas injusticias.

Rompo mi silencio, cuando mi Congregación y yo estamos agotando todas las vías de diálogo y corrección fraterna para poner punto final a todo vínculo con la Raíz. Ante la no respuesta de dicha Productora para aceptar la propuesta pacífica y fraternal de ruptura que le ha hecho reiteradas veces mi Congregación a través de abogados; ante el empeño y persistencia en su mal proceder en lo que se refiere a la música y músicos católicos; con dolor y decepción y sólo movida por la fuerza de la verdad y la justicia y para que mi testimonio alerte a otros hermanos que comienzan en la música religiosa y exhorte a los que quieren de verdad ser Productoras Católicas, expongo aquí con temor y temblor, lo que he visto y oído.

El año 1998, yo era estudiante de Teología en la Universidad Gregoriana de Roma. Acabando el curso, nuestras Superioras nos animaron, a un grupo de Hermanas y a mí, a participar en el Multifestival David. Fue ahí donde me escuchó cantar Luis Alfredo y me propuso grabar un disco. Realmente, tanto a mi Superiora como a mi, nos pareció interesante, porque era una forma de tener las canciones bien grabadas. Luis Alfredo nos hizo firmar una especie de contrato, como lo suele hacer con los que empiezan a grabar con él. La verdad es que solo el corazón de Dios conoce las intenciones del corazón humano…pero con dolor he ido constatando que ese contrato no cumplía ni los mínimos, en cuanto se refiere a justicia y transparencia. Nuestra buena fe y confianza en la persona que creíamos tener delante, junto a la falta de experiencia en esos temas, propio de los que comienzan, fue un caldo de cultivo propicio para el engaño.

Con el paso del tiempo, fui dándome cuenta más y más de la mentira que me estaba rodeando, por la cantidad de mails e invitaciones que no se correspondían con el número de copias que Luis Alfredo decía se vendían de los discos; porque nunca hemos podido saber, ni mi comunidad ni yo, la cantidad de discos que él ha vendido, aunque sabemos que se han vendido muchísimos en todos estos años en España, Portugal, América latina y EEUU. Cuando fui a Toronto, invitada para cantar en el Encuentro Mundial de la Juventud con el Papa, pude, en primera persona, comprobar, precisamente en los Conciertos y Oraciones con Grupos de habla hispana, como era conocida mi música en toda Hispanoamérica. Comencé a intuir la utilización de mi imagen y de mi música que hacía para su propio beneficio mi productor. Volvimos a hablar a solas con él, y a pedirle nuevamente transparencia. Incluso en una reunión, después de un multifestival David muchos músicos que ahora han roto o están como yo, intentando recuperar su libertad de esos contratos, le corregimos y exhortamos fraternalmente a que cambiara de proceder , pero tampoco rectificó en su obrar.

A pesar de todo, yo no me acababa de convencer de lo que otros músicos católicos de renombre en España y del extranjero, que habían trabajado para él, me seguían advirtiendo sobre su poca honestidad. Me costaba creer que un hombre que cantaba para Dios, que desde hace 30 años decía servir a la música católica, estuviera haciendo todo lo que resultó ser verdad. Por esta resistencia mía a convencerme de la mentira que podía haber, y por el cariño y el aprecio que aun siento por él, terminé dándole otra oportunidad, aceptando su propuesta: él gestionaría y organizaría conciertos míos en el extranjero, con una cierta periodicidad. Alcancé a salir con él, un par de veces y ya no pude soportar más la falta de transparencia, la injusticia y ese mundo no claro en el que se movían. Me sentía utilizada por ellos para generarles dinero y más dinero, a costa de la fe de nuestra gente sencilla. En Colombia me tuve que levantar de un Concierto-Oración, porque ni siquiera se respetaba el ambiente mínimo cuando yo estaba orando con la gente. Todo por su interés en vender y vender más y más grabaciones. Yo era su «producto» …todavía soy su producto, ¡y muy rentable para él!…

Con dolor, recibo llamadas de gente que me dice que se ha anunciado mi participación en el Multifestival David, en Conciertos por ahí, aún a sabiendas de que yo no iba a estar presente. La gente acudía, y a punto y hora se comunicaba que yo no podría asistir por x razones… Otros cantantes suplían y llenaban el tiempo y… los asistentes se quedaban con su desencanto y sin su aportación económica, que para algunos, muchos, había supuesto un sacrificio… Yo no he podido comprobar si esto es tal cual así, pero si lo es, os lo comparto para prevenir.

Más aún. Con dolor, he ido viendo como ha ido sacando más discos sin el permiso de mi comunidad ni el mío: Recopilaciones, grabaciones de imagen de las que no he tenido noticia y de cuya utilización no ha sido informada ni se ha pedido el visto bueno a la Congregación ni a mi: «El rosario musicalizado», «Lo mejor de la Hna Glenda» «Los Davideos del David»… Estas otras producciones, hechas a mis espaldas… Las ha sacado cuando ya la Congregación había iniciado acciones legales para romper toda relación con la Productora. Concretamente: Después de lanzar «A solas con María», nada he vuelto a producir de nuevo. Mía es la voz y la música, y también la imagen, pero nada más.
Música, voz e imagen que son don del Señor y que espero, por intercesión de nuestra Madre Santísima y con el respaldo de todos ustedes, pueda liberar de sus manos. Tengo nuevas canciones, pero no puedo sacarlas al público, porque los contratos, me obligan a entregarle todas mis canciones a esta productora. Y no quiero poner en sus manos lo que le pertenece solo a Dios, a su Iglesia y a Ustedes, después del mal uso que ha hecho con mi don y con el de muchos otros artistas.

Hablé con algunos antiguos miembros de la asociación «Multifestival David», gente que al descubrir de nuevo «irregularidades» abandonó el proyecto. Gente que también ha sufrido difamación, que es el arma preferida por Luis Alfredo para neutralizar la verdad. Todos me explicaron lo mismo que nos ha pasado a todos: «Luis encuentra talentos, saca provecho de ellos hasta el máximo, luego, cuando la gente abre los ojos y se da cuenta de todas las irregularidades, usa la estrategia de denigrar a las víctimas para que su voz, su clamor y testimonio, no tengan validez ni dentro ni fuera de la Iglesia». Es lo que esta haciendo conmigo y con otras personas que, en España, estamos intentando levantar la voz para que la Iglesia investigue todo lo que ha pasado y sigue pasando en esa Asociación, que dice ser sin fines de lucro, que es el David; en la Productora de la Raíz y en su Comunidad de los Cabos.

Estoy sufriendo mucho, porque ahora, desde lo que él llama una comunidad artística, sigue habiendo víctimas, y la mayoría latinoamericanas. He escuchado en confianza, el escalofriante testimonio de hermanos que han creído en ese proyecto, han abandonado sus países y después de mal vivir en esa «comunidad», no tienen a donde ir. Muchos han sido difamados y expulsados cuando han descubierto lo turbio que se esconde tras un aparente disfraz de espiritualidad, de una comunidad que ni siquiera cuenta con un estatuto canónico en donde se establezcan los mínimos para evitar los abusos que se están cometiendo. Sufro, al ver que se venden a televisiones videos y grabaciones de los Multifestivales David y que los músicos, que a duras penas pudieron pagar sus billetes de avión e inscripciones a ese Multifestival, ni siquiera saben que están siendo grabados y que su material es luego vendido. Sufro, porque hay Distribuidores, librerias, y paginas web catolicas que, por motivos que ignoro, siguen comprando y distribuyendo los productos de esta Productora, aunque saben que son fruto de la injusticia hacia muchos músicos católicos.

Me da mucho dolor tener que ser yo la que les cuente esto. Se que intentaran acallar mi voz con difamaciones, pero he vencido el miedo, porque he entendido que el Señor ha permitido que me pase a mí tambien todo esto, para que alce mi voz en nombre de tantos pequeños artistas que han sido engañados, y difamados en estos años y cuya voz ha sido silenciada, quizá para siempre. Así son los misteriosos caminos de la sabiduría de Dios.

A todos, les quiero dar las gracias por el apoyo que con sus invitaciones y mails siguen dando a mi ministerio en la música católica. Les aseguro que he sufrido mucha incomprensión y persecución por este don que he recibido del Señor. No faltan las calumnias, los rumores, pero ¡el Señor me consuela! Les pido que si en algo me estiman, si en algo estiman mi música, oren por mi pronta liberación. Oren para que todos los que aún siento mis hermanos de Producciones de la Raíz, vuelvan al amor primero, al proyecto original y cambien de proceder. Oren para que Luis Alfredo acepte la propuesta de mi Congregación y no tengamos que llegar a los tribunales civiles para recuperar la libertad de evangelizar con la música desde cauces de transparencia y gratuidad. Oren para que él acepte, de una vez, que mi música y mi don no le pertenecen, sino que son de Dios y de Ustedes que son su Iglesia.

Sé que hay mucho dolor en este tema, dolor callado y oculto. Sé que muchos de los afectados no hablan ni alzan su voz por temor y están tan heridos, que su grito apenas es un simple gemido que ni siquiera es percibido. Pero si las víctimas alzamos nuestra voz, les aseguro que ayudaremos a que nadie vuelva a repetir estos errores. Todo esto servirá de enseñanza a muchos hermanos que comienzan el camino de la música cristiana o están al frente de productoras que quieren prestar este servicio, de verdad, desde el Evangelio. Recuerden que no hay nada oculto que no llegue a saberse y que, entre todos, debemos encender la luz, porque desde la luz se verán claras las obras y las intenciones de cada cual. Si seguimos en silencio, el mal se siente amparado y protegido, pero si encendemos la luz TODO QUEDA AL DESCUBIERTO.

Vuestra Hermana, Glenda”

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